miércoles, 17 de octubre de 2012

The Moon - Parte 5.2 [FINAL]


¡Continuamos! Si pasaste primero por aquí, te recomiendo que leas la parte 5.1 [AQUI]

Si señores, es el final de The Moon; espero que les haya gustado este escrito que me tomó mucho tiempo, al igual que sus portadas. Quise hacer otras especiales para estos capítulos, pero será que las haga despues, me están interrumpiendo mucho. Mantenganse en contacto con mi blog, para más historias así, que Arabelle esté en sus corazones.


- Historia [5/5]
- Temática: Sobrenatural, Terror y suspenso.
- Titulo: The Moon

- Autor(a): Katsu Komori

- Link de Capítulos anteriores: [Capítulo 1] [Capítulo 2] [Capítulo 3
] [Capítulo 4] [Capítulo 5.1]












Finalmente tras un profundo sueño con sonidos aleatorios y aterradores, la consciencia llegó haciéndome abriendo los ojos lentamente siendo recibida por un terrible dolor de cabeza, veía borroso pero no era lo importante, el lugar ya era lo suficientemente oscuro como para importarme. Estaba acostada y abrazada al lado de un pequeño y helado cuerpo sin vida, era ella… - ¿Adalgisa…? - Pregunté en mi mente, pero nadie respondió, solo sentía los latidos de mi corazón que se aceleraba con cada segundo de silencio que pasaba; ella en realidad había muerto, sentía sus recuerdos en mi mente, pero su presencia había desaparecido. Sentí un profundo dolor en el pecho que hizo que mis lágrimas se derramasen nuevamente, resquebrajando el profundo silencio de la casa con mis sollozos y perdiendo el control de las extremidades que me temblaban sin control, me sentía completamente sola por primera vez, tal como se sintió Adalgisa durante toda su vida. Vi su cadáver entre las lágrimas, dirigiendo lentamente mis temblorosas manos hacia ella rodeándole y acercándole cada vez más, para darle mi primer y último abrazo real; el abrazo que ella siempre deseó que alguien le diese. Lloraba mientras le mantenía entre mi pecho y mis brazos, deseando en vano que aún estuviese con vida, que mi calor y mis temblores le pudiesen devolver el aliento.

Las horas pasaron lentamente, como si el tiempo tuviese piedad de mi dolor, dándome el suficientemente de privasidad para comprender lo que pasó y lo que debía hacer, mientras acariciaba su cuerpo sin vida. Llevé su cadáver a media noche caminando lentamente por el gran trigal viendo la luna y las estrellas que me observaban desde lo alto. Recordé las palabras de Adalgisa cuando me contaba su encanto y amor por la luna, considerándole como una amiga. No pude dejar de verle mientras llevaba el cadáver de Adalgisa, pareciera como si estuviese ahí arriba solo para poder verle por última vez. Llovía con mucha suavidad y el viento soplaba con delicadeza mandando a volar las espigas muertas que se aferraban a mis prendas y a mi cabello.

- Mira, Adalgisa, están aquí quienes te amaron desde siempre – Le susurré viendo su inexpresivo rostro que mantenía los ojos abiertos, pero su mirada era perdida y dolorosa para mi. Cerré sus parpados con delicadeza mientras otras lagrimas caían con suavidad en su rostro – Duerme en paz, yo me encargo del resto – Le acaricié el rostro con suavidad, mientras seguía mi camino hacia la colina que tanto le gustaba.

Invoqué a Nerita para que ayudara a cavar una tumba. Ella era la Sahuagin que había capturado para su servicio, que a pesar de su raza tenía una apariencia muy humana, en su rostro pechos y piernas, era una criatura hermosa. Adalgisa me había contado la historia de cómo ocurrió todo, siendo la causante de que el Atlantis nunca fuese descubierto; a pesar de todo, Nerita le tuvo cariño a su ama, debido a que Adalgisa le respetó en sus decisiones, y hoy ella le había regalado la libertad con su muerte. Cubrí el cuerpo de Adalgisa y le dejé con suavidad en la tumba que le habíamos hechos, le cubrimos y dejamos una roca sobre ella, lo suficientemente grande para que ningún animal grande o persona pueda tener acceso a su cuerpo. Quedamos en silencio contemplando su tumba durante el orvallo.

- Gracias por ayudarme, a pesar que no soy tu ama – Le hablé a Nerita que estaba a mi lado. Ella dirigió sus amarillentos ojos hacia los míos – Ya eres libre.

Ella no me respondió, solo me observó, Adalgisa me había contado que era de pocas palabras, así que me lo esperé. Poco a poco se desvaneció, volviendo a su lugar de origen, donde no le molestaré nuevamente, a pesar de todo, era una criatura encantadora me lo dijo la leve sonrisa que me regaló al segundo antes de desaparecer por completo. Vi hacia el castillo que sobresalía en las lejanías, a pesar de estar inmerso en las profundidades de la noche, ese sería mi último destino en este mundo. Tenía que apresurarme, solo era cuestión de tiempo a que el “Titán Abisal” se diese cuenta de la muerte de su mejor “carta”.

- Destruiré todo y a todos – Fruncí el entrecejo recordando todo lo que me había contado Adalgisa, ese tal Louis era hombre muerto, al igual que todos sus hombres y esclavos. Mancharé mis manos por ella – Ahora ¡Yo soy Arabelle!

Caminé lentamente hacia el castillo planeando mis movimientos, repasando los recuerdos de Adalgisa para saber como era el castillo por dentro y saber en que lugar exactamente estaría la habitación del Príncipe Louis. Maté algunos soldados y guardias por el camino, intentaron en vano detener mi camino, fueron estrangulados por los múltiples tentáculos que salieron de mis brazos causándoles la muerte por fracturas en la columna y por asfixia. Hubiese deseado absorberlos, pero era imposible, lamentablemente. Finalmente llegué al castillo, pudiendo observarle de cerca detallando con detenimiento su estructura, era la información que necesitaba. Ahora solo tenía que esperar a que llegase el momento. Abrí un pequeño portal del tamaño de mis manos que me dejaba ver todo lo que ocurriese dentro del castillo, desde el techo y las paredes. El Príncipe Louis, un joven alto y bien parecido, ya estaba despierto inspeccionando todo, dándose cuenta de la ausencia de Adalgisa, que al parecer era su chica favorita. Pero su ausencia le llevó a abusar de otras esclavas, llevándoselas a su habitación. Observé todo de principio a fin, ojala él lo disfrute, porque sería su ultimo momento de placer. 

Si de verdad quería hacerle sufrir, no podía aparecer mientras mi victima esté disfrutando o posea un estado mental positivo. Tenía que esperar a que la semilla del miedo germinara en su interior lentamente, hasta que sus raíces le abracen tan fuerte que tanto su mente como su cuerpo sean un caos; solo así poder iniciar mi plan. Así que mientras él disfrutaba haciendo sufrir a otros (o algunos, porque notaba que el morbo en estado puro), yo me encargaba de ocasionar una masacre en sus soldados y en algunos esclavos; al día siguiente se llevaría una gran sorpresa. 

El plan funcionó, al día siguiente en la mañana le llegó la terrible noticia que nunca esperó, la mitad de sus hombres habían amanecido muertos, unos esclavos habían desaparecido y otros fueron encontrados en el almacén destrozados en pedazos, a tal punto que no podían identificar quienes fueron. Él envuelto en ira y miedo envió al resto de sus hombres a investigar el terreno y el castillo, a pasar la voz al pueblo cercano y a mantenerse alerta, por si algunos del reino enemigo se encontraban por ahí. Las horas se hicieron lentas para el Príncipe Louis, pero no para mí, que disfrutaba en ver su frustración, temor e intriga, porque todos sus hombres volvieron sanos y salvos, sin noticias de lo sucedido, lo que significó para él que no era un ataque enemigo. Se preocupó más, mientras yo sonreía, observándole entre los portales y comenzando a intervenir personalmente. Comencé a seguirle sigilosamente, alterando sus nervios por mi presencia y desapareciendo cuando se volteaba por sentir mis susurros atrás del oído; él sabía que algo le seguía y más cuando aquellos susurros se convirtieron en palabras más claras, diciéndole cosas perversas. Los días pasaron aún más lentos, comenzó a dormir con miedo, dejando las puertas abiertas para que ingresase en sus pesadillas, donde era dirigido a mundos que solo su subconsciente entendía, haciendo que al despertar sintiese más miedo que al día siguiente. 

Conforme pasaban los días, mi presencia en su vida se hacía más evidente, acariciaba sus brazos en varias ocasiones solo con pasar la punta de mis dedos, le lanzarle objetos de la nada, escondía los objetos que buscaba y se los aparecía en lugares en donde ya había buscado, haciéndole dudar más de su cordura, haciendo que fuese aún más lejos; rompí sus tobillos en un atardecer, cuando inspeccionaba temeroso el sótano, con uno de mis tentáculos, sus gritos eran cantos para mí y su sufrimiento un deleite. 

Le dejé en paz unos días, solo para esperar su recuperación mientras notaba su creciente y enfermiza paranoia, era el momento perfecto para actuar. Esa noche abrí portales bajo los pies de los guardias que le cuidaban al dormir y los arrastré hacia dimensiones desconocidas, donde yo misma les maté de diversas formas. Cómo aquel guardia que me contó Adalgisa, un sujeto egocéntrico y desagradable que le humilló muchas veces. Le dejé en una fosa repleta de parásitos enormes, unos gusanos rechonchos y redondos, del tamaño de una mano abierta, que darían buen uso a su gran y fornido cuerpo. Le dejé gimiendo de dolor mientras transformaban su firme vientre en un gelatinoso nido de gusanos tras inyectar su nociva saliva en su sangre; viviría por largos días, si no el nido no sería efectivo. Sin perder más tiempo, volví de nuevo con Louis que dormía acurrucado entre las costosas pieles que conformaban su cama. Me acerqué lentamente posando mi mano en su rostro para abrir suavemente sus ojos y usar aquella mirada que me hacía ingresar a los confines su mente. Una vez que las miradas se conectaron dejó de existir la consciencia en su cerebro, cayendo en una profunda pesadilla manipulada por mí. Me desvestí al igual que a él, sin dejar de provocarle pesadillas que cada vez se volvían más y más terribles, donde sus miedos se expresaban en todo lo que veía y sus fechorías y errores en la vida le atormentaban como imágenes y escenas perturbadoras; mientras tanto, me preparaba para apoderarme de su cuerpo. Si tanto le gustaba abusar de sus esclavos, entonces le haré probar algo más cruel que lo que una vez le hizo a Adalgisa.

Me aferré a su cuerpo convirtiendo mis extremidades en un gel más duro, que se enredó en su cuerpo causando presión en su tórax, columna, caderas y extremidades. Mis ojos mantenían la mirada fija en los suyo, controlando sus sueños; una vez que estuvo lo suficientemente asustado, tras varios minutos de violación física y mental dejé que despertara, llevándose el peor momento de su vida, hubiese deseado seguir inmerso en sus pesadillas. Al abrir sus ojos se encontró a pocos centímetros de mi rostro, con unas pupilas violetas que ni vacilaban en cambiar la dirección de la mirada. Me encontraba sobre él, con todo mi cuerpo convertido en esa materia gelatinosa  que ya tenía su cuerpo cautivo. Sus brazos y piernas estaban fracturadas en múltiples partes, por la presión que deseé ejercer sobre su cuerpo, y haciendo sintiese el dolor de las astillas de hueso atravesando su piel mientras más presión le ejercía sobre ellas, como una anaconda enroscando a su presa. Él intentaba gritar, quejarse, pedir ayuda, algo que le hiciese desahogar todo su miedo y dolor en un solo alarido, pero no podía hablar, impedía a su mente realizar ciertas acciones, estaba bajo mi completo control.

- ¿Te gusta, Louis? – Le pregunté mientras movía mis caderas aun más fuerte, dislocando el femur de su cadera, luego el otro. El lloraba y yo sonreía sádicamente, ejerciendo cada vez más presión alrededor de su cadera, hasta fracturarla también, hasta el crujido de sus huesos se escuchasen más de una vez. Las lágrimas corrían por sus mejillas intentando gritar cada vez que me movía, su dolor era cada vez peor – Adalgisa me contó que esto te encantaba… Si, ella misma – Le respondí con solo ver su expresión – Considéralo como un regalo de ambas… ¿Vale?

Gimió de dolor al fracturar su columna y al mismo tiempo realizaba más fuerte los movimientos. Finalmente decidí terminar con la tortura, pero solo cuando me sentí realmente satisfecha tanto física como mentalmente, ocasionándole minutos o quizás horas de tortura, y a mí un intenso frenesí. Ingresé a su cuerpo por los orificios inferiores de su cuerpo abriéndome paso a la fuerza por su destrozado y deforme cuerpo, muy lentamente para causarle aún más dolor, hasta llegar a su garganta. Se estaba desangrando vivo y ahora no podía respirar, parte del líquido gelatinoso estaba alojada en su tráquea; le sonreí mientras se asfixiaba. 

- Eres todo un galán… - El gel continuó avanzando rápidamente hasta llegar a su cerebro y atravesar su cráneo. No me detuve hasta ver muchos tentáculos gelatinosos salir entre las enormes fisuras de su cráneo.
Lentamente me separé de su cadáver dejando que la sangre resbalase de mi gelatinoso cuerpo  para dejarlo limpio. Al estar limpia volví a la forma y textura normal de siempre; era la primera vez hacía esto, me di cuenta del por qué Adalgisa se volvió adicta a ese poder, pero me sentía agotada, Dubble-Darah, había cobrado con mi vida el uso abusivo de su habilidad. Mientras me vestía observaba de reojo al horrendo cadáver del difunto Louis, no pude evitar sentir satisfacción y un placer tan mórbido que por un momento dudé de mi cordura. Lo importante era que finalmente logré que Adalgisa cumpliese su mayor meta en la vida. Ahora sin duda, ella descansaría en paz.

Me asomé por la ventana, ya era de madrugada, el sol estaba saliendo. Me quedé unos minutos observando todo, los guardias estaban rondando por los alrededores, al igual que fuera de la habitación. Tenía que desaparecer el castillo al igual que todo lo que aquí se vivió; pero no podía usar un portal tan grande, si no el “Titán Abisal” sentiría el llamado y la tentación de aparecer… y volvería el ciclo que Adalgisa y yo evitamos. Él espera ansioso por estas fechas y debe de estar sospechando de haber perdido comunicación con Adalgisa; tengo que actuar de otra forma. Mientras observaba al sol viajé por el inmenso espacio de mi mente, teniendo como resultado el recuerdo sobre mi plática con Adalgisa, referente a los agujeros negros.

- Cuando Adalgisa y yo pensábamos sobre la forma de abrir la cuarta dimensión, para el viaje en el tiempo, se cruzó en la investigación la forma de crear una especie de agujero negro entre dimensiones… según la teoría de Adalgisa… - Murmuré reposando mi rostro de una mano que se mantenía apoyada del marco de la ventana de piedra – Lo necesario para crear un agujero negro es tener conexión con la nada o un punto lejano e inestable en el “túnel dimensional”. Al crearlo tiene que haber una fuerza que viaje entre ambos puntos, una fuerza superior en arrastre y en presión, para así “devorar” todo a su paso… 

Se escuchaba agotador el proceso, y más por el hecho de mantener abierto un portal tan volátil que puede arrastrarme con todo; pero tenía que intentarlo, solo tenía que encontrar un punto dimensional inestable y poderoso para conectarlo con ésta realidad. Ingresé al “Túnel Dimensional” para investigar las diferentes dimensiones que se puedan conectar con éste punto, independientemente del espacio y tiempo. Me tomé el tiempo necesario para investigar, pero no se podía encontrar ninguna. Tendría que crear una, abrir la puerta a un vacío momentáneo. Abrí un portal en la nada, en el túnel dimensional, como si quisiese abrir un desvío hacia lo imposible, hacia aquellos mundos donde la vida no existe. Estuve mucho rato intentando, pero finalmente tras mucho esfuerzo descubrí como abrir un portal con esas características; era peligroso, si me asomaba hasta por mera curiosidad sería absorbida y destruida por un mundo inestable, con profundidad indefinida y cambiante, distancia y dimensión ilimitada, con fuerzas y presiones que viajan de aquí a allá encontrándose en un interminable lio. Salí del túnel dimensional y me ubiqué fuera del castillo a unos metros, escondida entre los arbustos. Todos estaban alertas, al parecer ya habían descubierto el cadáver del Príncipe Louis.

- Lo que aquí pasó, aquí se quedará – Sentía lastima por las personas que no tenían nada que ver con esto, pero así son las cosas.

Abrí un portal en la tierra, bajo el castillo que se conectó con la dimensión inestable, creando un cilindro letal. Se agrandaba poco a poco llevándose todo a su paso. En pocos minutos tras extraños crujidos provenientes del castillo, todo se vino abajo. Los guardias y que estaban en las cercanías voltearon, observando como las enormes piedras eran absorbidas por un agujero negro que se movía como un torbellino subterráneo, arrastrando consigo hasta el agua y la tierra. Su fuerza se hizo más grande, arrastrando a los guardias, aldeanos y animales que estuvieron cerca. Muchos animales escaparon al igual que yo, entre los alaridos de las victimas que eran arrastradas a la nada. Aquel gigantesco agujero no paraba de crecer hasta absorber lo suficiente. Aceleré su tiempo de duración para que terminase todo de una vez. El agujero negro se fue reduciendo lentamente hasta que desapareció tan rápido como apareció, dejando un profundo cráter a las profundidades de la tierra. Me acerqué algo débil, observando perpleja la abertura a los confines de la tierra.  Finalmente me alejé dando la espalda a lo que había hecho, mientras sentía que las personas se acercaban desde las lejanías a ver que era lo que había pasado; caminé hasta la tumba de Adalgisa, que por suerte estaba muy distante del desastre; me senté al lado de la roca, para recuperar el aliento, viendo el despejado cielo mañanero.

- Sé que me advertiste que no me enfrentara a ese ser, lo único que tenía que hacer era no usar las dimensiones para que no tuviese forma de llegar hasta mí… lo recuerdo con claridad – Murmuré para que solo nosotras escuchásemos, como si ella también estuviese viva, pero sentía el deseo de hablarle una vez más – Sé que tu sacrificio fue para mi bien, para brindarme una mejor vida cuando se presente mi nacimiento mucho años más adelante… para no tener que tenerte también en mis pensamientos, para estar libre de éste destino horrible que nos unió a ambas. Sacrificaste tu vida y tus sueños por mí… así que… afrontaré nuestros miedos de una vez – Acaricié la roca, dando unas suaves palmaditas, como si tuviese en mis manos a esa persona que formó parte de mí. 

Mis sentimientos y emociones estaban apoderándose de mí, no sabía como hacía Adalgisa para ser tan insensible e inexpresiva en momentos difíciles; pero callada y precavida cuando las cosas se salían de control. Yo siempre fui lo contrario a ella, formando un equilibrio en sus decisiones cuando estuvimos unidas; separadas, ambas somos inestables. Ahora, solo tenía que ser fuerte, y mostrar ese lado atrevido que me diferenciaba de ella. Si de verdad deseaba que esto terminase… tendría que sacrificarme también. Me despedí de Adalgisa una vez más y me perdí de nuevo en el “Túnel Dimensional”, para nunca más volver. Mi próximo y último destino era el “Mar Negro”, solo había ido una vez, pero los recuerdos de Adalgisa me indicaron cual era, la dimensión que tiene como imagen un mar infinito con grandes monstruos luchando a muerte.

Al encontrarla entré teniendo cuidado primero en donde caería, elegí un terreno amplio y rocoso, lejano a los monstruos marinos que se veían desde la distancia. El mar era tempestuoso, a comparación a la única vez que había ido; llovía mucho también, terminé empapada a los pocos segundos de haber estado ahí, seguramente él me había sentido llegar… sin Adalgisa. No pasaron ni tres minutos cuando ya todo el mar comenzó a temblar, los monstruos que se encontraban en las cercanías dejaron su lucha a muerte, escapando de algo que se aproximaba a la superficie; era él, lo sabía. Fruncí el entrecejo, preparada para lo que tuviese que pasar.

Enormes olas golpearon el elevado terreno de roca en el que me encontraba, sobrepasando a veces su altura y derribándome hacia atrás, deslizándome por las rocas resbaladizas. Me levanté con cuidado pero sin perder tiempo, al mismo tiempo que un aberrante bramido proveniente de aquel monstruoso ser hacía temblar las rocas. Tambaleándome dirigí mi mirada hacia él, esa criatura monstruosa de cuerpo alargado y repleto de kilométricos tentáculos que colgaban desde su barbilla y al final de cada uno se observaba una boca con afiladas hileras de dientes que iban desde los labios hasta la garganta. La cabeza de aquel monstruoso ser tocaba las nubes y sus ojos brillaban tanto como una luna, la cual estaba ausente esta vez, por las oscuras nubes de tormenta. Sentía su respiración desde donde estaba, a pesar que estábamos a varios kilómetros de distancia. No retrocedí, lo que hizo que hiciese otro bramido acercando su horrendo rostro hacia mí. El corazón me dio un vuelco, mientras su aliento me llevaba metros atrás como viento tempestuoso de huracán; me aferré a una roca para no ser llevada al borde de aquel elevado terreno de piedra. Le vi a los ojos al terminar su bramido, sin intensiones a retroceder ni a dejar de verle. Un calor doloroso invadió mi pecho, seguido de unos escalofríos que se dirigieron a mis articulaciones. Caminé decidida hacia el borde del acantilado con una expresión de ira en el rostro.

- ¡No me voy a ir de aquí, ni retrocederé!, ¡No te temo! – Inhale profunda y rápidamente, mientras mis lágrimas se unían a las gotas de lluvia que resbalaban por mi rostro. Creé un portal conectado al vacío, hacia aquella dimensión inestable en el cielo; a diferencia que esta vez no eliminaré el agujero negro. Ambos moriremos aquí - ¡¡NO TE TEMO!!

La criatura envistió con parte de su cuerpo y su cabeza el terreno rocoso en el que me encontraba, desde arriba, cubriendo cualquier posibilidad de escape. Antes de que impactase abrí un portal para transportarme a otro punto del amplio mar, sin caer a sus aguas; solo tenía que ganar tiempo hasta que el agujero negro fuese lo suficientemente grande como para devorar por completo éste mundo alterno.  El “Titán Abisal” no tardó en ubicarme, era su mundo, no esperaba menos de aquel monstruo. Desde las lejanías lanzó un chorro de agua con tanta presión como si fuese un cañón, volví a usar un portal dimensional para cambiar de ubicación. El agua impactó con la gigantesca montaña de piedra agrietándola de tal forma que se derribó al instante; tenía que pensar en algo. No podía convertirme en agua, ni en gel, aquel monstruo controla las estas aguas, por lo que podría devorarme o controlarme si me uno a ella. Si usaba por mucho tiempo las dimensiones también al igual que a Dubble-Darah, me agotaría muy rápido sucumbiendo por agotamiento.

- ¡¿Qué hago?! – Pensé mientras esquivaba los millones de tentáculos que salían de mar intentando atraparme y comerme. No importa donde me encontrase, él tenía acceso a mi ubicación. Recordé a Dubble-Darah, posiblemente si realizaba algún movimiento dentro de su duro cuerpo, podría hacerle daño – Por favor… Dubble-Darah, ayúdame… quizás así seremos libres al fin.

Usé por última vez el portal, llevándome en silencia hacia la cabeza del monstruo. Caí sobre sus duras escamas y antes que se diese cuenta me convertí en agua e ingresé en sus orificios oculares. De inmediato se percató cuando estuve dentro de su cuerpo, pero ya era muy tarde, iba en camino a su cerebro; aunque al llegar fue una completa pesadilla. El cerebro de la bestia intentaba controlarme sobrecargaba mi cerebro y ocasionaba una migraña insoportable, a tal punto que mi sentido visual y auditivo se veían afectados, tenía que actuar rápido. Dañé parte de su cerebro y con ella la parte que controlaba la visión. De inmediato me retiré de ahí, saliendo de sus ojos como una lagrima. Estaba aturdida, no podía controlar bien mi cuerpo además de escuchar un fastidioso pitido en el oído. Caía hacia el agua velozmente, usé lo último que quedaba de fuerzas para convertir mi cuerpo en un sólido que solo Dubble-Darha podría hacer, más resistente que el acero. La bestia golpeó con fuerza mi sólido cuerpo con uno de sus tentáculos mandándome a volar. No pude ver lo que pasó, había perdido parte de la consciencia por aquella excursión al interior de la bestia. 

Abrí los ojos al volver mi consciencia, posiblemente unos largos segundos después. Flotaba en el agua mientras unos tentáculos me envolvían y me arrastraban hacia las profundidades con lentitud. Lo hacía a propósito para que perdiese oxigeno y que intentase convertirme en agua, para luego tomar el control de mí; muy astuto, pero no lo haría, no le daría ese gusto. Aguanté la respiración hasta que me encontré cara a cara con sus enormes ojos a una profundidad aceptable para mi cuerpo, a pesar de estar ciego sabía en que dirección estaba, fue entonces que vi el resto de su cuerpo, sus escamas estaban conformadas con grotescos rostros con grandes cantidades de ojos negros que dirigían la mirada hacia mí. El no podía hablar en mi mente, por no tener conexión conmigo, pero yo sí, iluminé mis ojos de violeta y le sonreí mientras poco a poco abría la boca para engullirme – No escaparás de mi… - Se detuvo para escucharme en su mente – Yo soy… Arabelle.

El agujero negro se había completado, sentía como su fuerza arrastraba el agua hacia la arriba y con ella nosotros; su absorción aumentaba con brusquedad, a tal punto que nuestros cuerpos ya se dirigían hacia el cielo, y con nosotros el resto de monstruos que se encontraban ocultos en las profundidades y las rocas. A pesar de la resistencia y pesado cuerpo de aquel titán, fue arrastrado como una hoja de papel en un huracán, nada escapará, solo yo. Abrí un portal que me absorbió antes de llegar al cielo, cortando el tentáculo que me sostenía. No había establecido ninguna ruta dimensional, solo cree el portal mas simple que pude para salvarme, era lo último que podía hacer, no tenía fuerzas ni para moverme; pero aun así algo raro había pasado, mi cuerpo ya inerte era trasladado a algún lugar, una dimensión que se abrió de la nada. Cerré los ojos dando a la vez un profundo suspiro, ya no me importaba lo que pasara conmigo.

- ¿Qué es esto?... – Murmuré al sentir una presencia cálida alrededor de mi cuerpo, como un abrazo fugaz – ¡Adalgisa!

Abrí los ojos de golpe, encontrándome frente a frente con la luna brillando con todo su esplendor sobre mí, en una noche clara y levemente azulada. Era el cielo nocturno más hermoso que había visto. No conocía este lugar, pero Adalgisa si, de seguro ella me había llevado hasta aquí, porque era el mismo lugar que vimos en nuestro último sueño juntas, pero… ¿Cómo? Sonreí al observar la luna, mientras intentaba respirar, mi cuerpo sucumbía ante el agotamiento mental y físico. Tenía múltiples fracturas en las costillas y en la columna que recién me había dado cuenta al intentar moverme, además de tener uno de mis brazos dislocado, debió haber sido por el golpe que me dio el “Titán Abisal”, si no hubiese convertido mi cuerpo en aquel sólido resistente, hubiese muerto destrozada. Lloraba de dolor y alegría a la vez era uno de esos incómodos momentos en que muchos sentimientos y sensaciones se unen, y el cerebro no sabe cual asimilar primero. Una vez que muera, nacería de nuevo como si nada hubiese pasado... era impresionante como todo terminaría pronto, en un parpadeo. Solo esperaba verle conmigo en la vida que me esperaba, ese era mi único deseo.

- Adalgisa… - Sonreí viendo nuevamente al cielo, mientras luchaba para extender mi único brazo sano apuntando a la luna, quería tocarla. El brazo me temblaba, y ya casi no tenía control de mi misma, las lagrimas empañaban mi visión al igual que el molesto desenfoque constante, que indicaba el fin de mi vida – Siempre… serás mi luna. No importa que tan lejos estemos… tu siempre… - Perdía la visión mis ojos se desenfocaban solos, mientras yo intentaba de enfocarlos. Al volver a tener una vista más nítida detallé algo más sobre mí; había un portal abierto a unos largos metros de distancia, con dos rostros asomándose que no pude detallar, y atrás la gran luna. Sonreí sabiendo que éramos ella y yo desde el futuro; mis ojos se desenfocaron por completo y la visión se oscurecía mientras veía mi mano caer y aquellos dos rostros juntos en el portal.

The Moon - Parte 5.1 [FINAL]


¡Que tal gente!

Un gran saludo a todos mis lectores y a aquellos que me visitan de casualidad. Estoy muy feliz de estar nuevamente con ustedes, aquí en este blog que nos une. Hoy les traigo el final de The Moon, si señores, el final de la historia que más ha encantado en mi blog. Lamento si demoré más de lo que acordé, se han presentado cosas que me han interrumpido, como sabrán, una vez que me interrumpen pierdo la chispa e inspiración; pero bueno, no divagaré mucho y comenzaré con lo que nos reúne hoy.

El final de The Moon es muy largo, demasiado largo... por lo que lo dividiré en dos partes, si señores. Para ir a la segunda parte, puedes darle Click [AQUI]

Está fuertecita ambas partes del capítulo en todos los sentidos, por lo que recomiendo que si son sensibles tengan su pañito de lágrimas por ahí. Sin más que decir, disfruten del final.

- Historia [5/5]
- Temática: Sobrenatural, Terror y suspenso.
- Titulo: The Moon

- Autor(a): Katsu Komori

- Link de Capítulos anteriores: [Capítulo 1] [Capítulo 2] [Capítulo 3
] [Capítulo 4]





07 de Noviembre del 2299

Las luces en el estudio se encendieron cegándome por largos y tediosos segundos, mientras la voz del presentador se escuchaba con claridad y entusiasmo entre los aplausos actuados del público.

- ¡Buenas noches, soy Ferdinand  y bienvenidos nuevamente a “Voces Selectas”, su canal favorito de curiosidades y muchas temáticas más! – Las cámaras apuntaron hacia mí aún segada por las luces. Reposaba en un sofá en mitad del estudio, al lado del presentador. No podía mantener los ojos abiertos del todo, pero poco a poco me acostumbraba - ¡Hoy tenemos como invitada especial a la “Bruja Arabelle”! ¡Un fuerte aplauso por favor! – El público comenzó a aplaudir mientras sus miradas se clavaban en mí; claro que sabían quien era yo y a lo que me dedicaba (o creían); el presentador esperó algún saludo de mi parte hacia la audiencia o televidentes, lo noté en su rostro ansioso y sonriente; pero no procedí, por lo que comenzó a hablarme nuevamente – Cuéntanos Arabelle ¿Pensaste en algún momento que ibas a estar en la televisión? O incluso ¿Llegar hasta la fama? – Preguntó orgulloso, cómo si el programa fuese lo máximo.

- No, no hago esto por fama, sólo me gusta realizar verdaderos actos de “magia”– Abrí y cerré dos dedos, acentuando las comillas – Por eso nunca pretendí aparecer en ningún lugar público, solo quería ganar algo para poder vivir… y todo se resume a eso… nada interesante.

- No lo creo del todo, eres maravillosa con lo que haces ¡Desaparecer objetos y reaparecerlos en lugares insospechados! ¡Eso si es increíble! – Por un momento no sabía si actuaba o en realidad amaba lo que hacía, solo me limité a observarle a los ojos, sin usar aquella habilidad que podría matarle, aunque ganas no me faltaban – Te tengo tres preguntas, querida Arabelle ¿Hay algún motivo en particular que te haga tener ese color de ojos?, ¿Por qué el alias de “Arabelle”? Y cuéntanos…  ¿Cómo lo haces? No me lo explico.

- No hay algún motivo en particular, me gusta el violeta… solo eso. Arabelle es un alias que me identifica tanto aquí como en otros países, por eso tiendo a mantenerlo, es como si fuese mi propio nombre… - Respondí de forma muy seca, debía mantener bien ocultos esos secretos – No puedo revelarte como lo hago, solo puedo decirte que es un don, algo que solo yo puedo hacer… ¿Ah?... ¿Una demostración? … Claro, deja tu tasa de café en el suelo y cúbrelo con una servilleta.

El presentador había pedido una demostración, por lo que procedí a enseñársela. Al dejar la tasa de café bajo la servilleta, esta tomó su figura casi en su totalidad. Abrí un pequeño portal para que esta comenzase a hundirse en el suelo hasta desaparecer, dejando solo la servilleta tendida en el suelo. El público hizo el típico sonido unísono, el “Ooooh” que tanto odiaba; el presentador obviamente quedó impactado retirando la servilleta como si ésta aún le escondiese. No pude evitar disimular mi sonrisa de burla, sinceramente era lo que más disfrutaba; además la dicha era el doble cuando buscaban respuestas lógicas al respecto, nunca lo creerían si no lo ven con sus propios ojos. Él continuó con las preguntas, respondí las que pude, incluso preguntó si creía en el tarot o si sabía como hacerlo; también sobre el fin del mundo en el dos mil trescientos, y misticismos parecidos. Las cosas no son así de sencillas como todo el mundo se lo plantea, las fechas no indican un fin. Durante toda mi existencia las personas han ubicado el supuesto fin de los tiempos cada tantos años, y nunca aciertan, además de ser ilógico. En cuanto a las cartas, no revelan el destino de nadie; la mente del hombre es la que forma el destino que las cartas revelan aleatoriamente. Ya cuando casi finalizaba la tediosa entrevista, procedí al verdadero motivo por el cual acepté ir al programa aquella noche.

- … El motivo por el que estoy aquí es para despedirme públicamente de las personas que me han mostrado su curiosidad y aprecio desde mis inicios, lamentablemente no se encuentran aquí en el estudio, ellos saben quienes son. Me desapareceré como un último acto, y no volverán a verme… - La audiencia al igual que el presentador quedaron helados y de cierta forma dudosos, quizás pensando que sería un método para obtener más fama… pero se equivocaban, en realidad iba a dejar esta realidad, muy pronto – Por favor, cúbranme con una manta.

Unos ayudantes del foro llegaron con una manta que encontraron por ahí cubriéndome de pies a cabeza. Una vez que todo estuvo listo, abrí un portal bajo mis pies y desaparecí de la vista de todos, cerrando la puerta dimensional de inmediato, antes que retirasen la sabana. Era lo mejor para todos y para mí, desaparecer éste mundo, mas no de sus memorias. Terminé apareciendo en el campo cercano a un pueblo. Estaba a kilómetros de esa metrópolis en la que me entrevistaban, al fin escuchaba la paz nuevamente. Éste campo fue mi principio y sería mi final; era el lugar de mi nacimiento. Caminé lentamente entre las sombras de los arboles secos que adornaban los senderos antiguos abandonados por el tiempo, mientras me cubría el rostro con una capucha negra; usaba también una gabardina de la misma tonalidad, se había convertido en una de mis prendas modernas favoritas… quizás por los recuerdos que ya casi se habían borrado con el pasar de los años. Además de las lejanas risas de los niños, el viento era el sonido que se llegaba a distinguir y predominar con delicadeza, como lejanos soplidos pasando entre las ramas secas de los arboles; la soledad era profunda a mi alrededor; pero no en mi interior. Éste nuevo cuerpo de treinta y dos años era mi única compañía, mi confidente y amiga; me encantaba la compañía de su personalidad, que respondía al nombre de Geheimnis. Le había aprendido a amar tras estos dieciocho años de convivencia, al igual que ella a mí. Ella me había alertado desde hace años sobre los posibles planes de aquel “Titán Abisal”, debido a que nunca mencionó sobre la presencia real de éste cuerpo ¿Será que pensó que se había eliminado por completo? Era como si quisiese callar la verdad.

- No lo sé, pero no te confíes de él… creo que pretende usarte o ya lo ha estado haciendo – Dijo Geheimnis de la única forma en que se comunicaba conmigo, por medio del pensamiento.

- Lo sé, nadie da algo a un desconocido sin esperar algo a cambio, y menos alguien tan ambicioso… creo que pretende que le libere – Respondí en susurros, si lo pensaba era más probable que él me escuchase por poseer parte de mi alma y pensamientos. Por suerte esa comunicación no era del todo efectiva, además que Geheimnis solo es una mente más dentro del cuerpo, no es parte de mí, era imposible que él escuchase la conversación del todo – Pero desconozco lo que se trae entre manos… no actuaré sin comprobarlo primero… - Mis ojos se dirigieron en dirección a una colina que sobresalía del horizonte, no era enorme, solo del tamaño de una casa, ahora no era tan grande como cuando era pequeña… recuerdo cuando le veía de cerca, era enorme en aquellos tiempos – Llegamos… éste era mi lugar favorito de pequeña… - Me subí con cuidado a la colina y me senté viendo al cielo estrellado – Es como si nada hubiese cambiado…

- ¿Este es el punto que nos une al pasado? – Preguntó con mucha curiosidad.

- Si… así es – Estos dieciocho años que han pasado los he aprovechado en investigar una forma de viajar en el tiempo abriendo la cuarta dimensión; pero descubrí que no era algo tan sencillo. Primero tenía que buscar un lugar que no haya cambiado en años para evitar problemas mayores y abrir por accidente un portal que lleve a una coordenada errónea. Además que tenía que comenzar desde el primero al momento de abrir un portal, hasta llegar al cuarto paso – Tomaré un descanso de unos minutos, mientras nos preparamos.

La teoría del viaje en el tiempo era complicada, todo se basa en la línea del tiempo que ya existe desde el inicio de los tiempos, que representa a su vez nuestro pasado. El presente es el límite entre el pasado y el inicio futuro; pero ése es el problema al momento de usar la teoría del viaje en el tiempo. El pasado ya existió, en cambio el futuro es incierto, en otras palabras puedo volver al pasado dejando un punto de contacto hacia el presente; pero al cruzar el portal, el punto de contacto dejaría de ser del presente, convirtiéndose en futuro teniendo altas posibilidades que el contacto desaparezca. Sin contar eso, realizar ese cambio dimensional progresivo hasta la cuarta dimensión… era agotador. Sin duda, será un gran riesgo la tontería que estoy apunto de realizar… pero de errores se aprenden, además ya no importaba, Geheimnis estaría conmigo para siempre, por primera vez me sentía apoyada por alguien. No pude evitar sonreír de felicidad mientras observaba el cielo nocturno y a la luna que me devolvía la sonrisa, mi única testigo desde mi nacimiento hasta hoy.

- Vamos, Geheimnis, estoy lista – Le avisé con serenidad al levantarme, sacudiendo mis prendas por el pasto y la tierra. Ella no respondió pero supe que estaba preparada desde hace horas.

Formé un portal de mi tamaño al frente que sería el primer punto de contacto, un punto en el espacio. Esperé a que poco a poco el interior del punto llevase a una dimensión central, donde poco a poco tomase la forma bidimensional para luego pasar a ser tridimensional, al encontrarse con los diferentes puntos que se puedan conectar a este, teniendo como resultado aquel túnel cilíndrico con muchos “ojos” conformados por imágenes; el “Túnel Dimensional” – Solo falta crear otro punto en el espacio que lleve al mismo lugar en el que estamos, dentro de la misma dimensión – Pensé mientras me preparaba para realizar el mismo paso, pero… - Una dimensión dentro de otra dimensión ¿No? – Preguntó Geheimnis – Exacto… prepárate – Le respondí mientras repetía lo mismo. Al formar una dimensión con un punto de partida, y dentro de la misma otra que lleve al mismo sitio como destino, se crearía un túnel donde exista el tiempo, o al menos, esa era mi teoría. 

Finalmente algo inusual pasó al concluir con el procedimiento. El color azulado oscuro que acostumbraba tener el portal se opacó, mostrando en su interior muchos anillos dorados representando las dimensiones abiertas dentro de la misma. Había funcionado. – ¡Vamos, vamos! - Insistió Geheimnis con notable alegría e impaciencia. Suspiré profundamente cerrando los ojos, finalmente había logrado algo que me había durado casi toda la vida, sentía un puñado de sentimientos encontrados que intenté evadir. Abrí los ojos y sonreí, era ahora o nunca, así que di un salto hacia el portal sin importar lo que pasase con nosotras; sentía como la emoción de Geheimnis revivía las emociones que hace muchos años había perdido, ella me hacía sentir completa y viva de verdad, una vez más. El viaje en el tiempo había iniciado, cada anillo por el que pasaba mostraba una imagen fugaz ante mis pupilas, por lo que comprendí que cada anillo representaba cada año, teniendo una imagen diferente del mismo paisaje. Los años fueron retrocediendo cada vez más y más rápido, mientras yo sin parpadear contemplaba las fugases imágenes, veía de todo, el clima torrencial, parejas viendo al cielo y cómo poco a poco el pueblo que se vía al fondo desaparecía, dejando ver un terreno verdoso y amplio. Veía explosiones, terremotos y desastres aún peores,  hasta que vi el castillo que había desaparecido misteriosamente de los alrededores años atrás; pero junto con él, estaba el motivo de su desaparición. Una enorme serpiente emergía desde las profundidades de la tierra con sus fauces abiertas del tamaño de un cráter, engullendo al castillo fácilmente. Sus enormes ojos amarillentos apuntaban hacia mi dirección, como si me estuviese viendo caer en el túnel del tiempo.

- Imposible… - Murmuré justo después que la imagen desapareció de mis pupilas.

Las imágenes seguían pasando frente a mí sin darme cuenta de lo que mostraban, mi mente solo veía aquella imagen fugaz que pasó ante mis pupilas. Al reaccionar no pude evitar sentirme engañada y traicionada. Finalmente, mi imagen de niña se ubicó frente mis ojos, había llegado el fin del viaje. Atravesamos el portal encontrándonos de nuevo en la madrugada del 08 de noviembre del año mil doscientos cincuenta y cuatro, a un día de comenzar con las tragedias que marcaron para siempre mi larga vida. El portal se desapareció detrás de mí, no tenía más energías para mantenerle, quedándonos atrapadas posiblemente en un pasado eterno. Me senté de nuevo sobre la colina, observando el horizonte y la antigua casa del señor Adelino, con una mirada apagada mientras mi mente daba vueltas y vueltas sin ánimos de detenerse, algo había salido terriblemente mal -…¿Qué te ocurre, Adalgisa? – Preguntó Geheimnis – Pensé que estarías contenta… ¿Qué significa esa imagen que viste? – Llevé mi mano a la frente y al entrecejo cerrando los ojos con fuerza, dando un profundo suspiro intentando sacar de mi mente la frustración, el enojo y esa terrible sensación que me hacía sentir como una completa imbécil; tenía que mantener la calma y pensar claramente.

- Cuando era pequeña, fui maltratada y abusada por "mi señor", el Príncipe Louis, además de sobrexplotarme en mis labores como esclava. Cuando Dubble-Darah se apoderó de mi mente brindándome poderes, pensé en asesinarlo cuando me vendió a unos hombres, como si fuese una prostituta; pero, al intentar regresar a este lugar una extraña figura se apareció ante mí, informándome que él había desaparecido… por lo que me prometí buscarlo y luego tras muchos años más, me dediqué a buscar la forma de revertir el tiempo… y así llegué hasta aquí… para darme cuenta que fui utilizada – Geheimnis no entendía a qué me refería por lo que proseguí a explicarle, mientras observaba con tristeza el lento amanecer – Estaba obsesionada, deseaba llegar de cualquier forma a mi meta sin importar cuantas vidas tuviese que llevar conmigo, y ahí fue cuando me encontré con el “Titán Abisal”… robando parte de mi alma para tener contacto conmigo, brindándome más beneficios, con el fin de invocarle fuera de su prisión…

- ¿Te refieres a que todo lo que hizo fue con el propósito que realizaras tu meta, para aprovecharse y al fin liberarse del abismo? – Acertó Geheimnis – ¿Qué pasaría si se liberase?

- Efectivamente…  soy la única herramienta disponible para él con la habilidad de crear portales lo suficientemente grandes como para liberarle… y estoy segura que ya más de una vez le he liberado por minutos, para ayudarme a luchar contra algo; pero no recuerdo, seguro fue en esos años de inconsciencia, antes de mi muerte… lo único que recuero era una gran destrucción, en un mundo donde no está sellado y puede hacer lo que le plazca. Si se liberase ahora… sería el fin de todo - Geheimnis iba a hablar nuevamente, pero le interrumpí, creando un pequeño portal sin ningún destino, que solo reflejase mi rostro, para luego hacer brillar mis ojos, necesitaba detallarlos – Se supone, que si vengo al pasado para matar a Louis, me encontraré con mi antiguo  yo, muriendo por la enfermedad que tenía. Ahí es donde él tenía planeado que sintiese lástima por mí… entregándome a mi misma a Dubble-Darah… y así crear una cadena cuyo final llegará cuando se sienta lo suficientemente poderoso como para salir de ahí… – Fruncí el entrecejo – Todo ocurrió así antes, y volverá a ocurrir si sigo el ciclo. Al dárselo a mi antiguo yo, le estaría condenando a pasar el mismo camino por el que pasé; y yo, quedaría sin muchos poderes, siendo vulnerable a todo, sin tener más remedio que invocar al “Titán Abisal” para que destruyese el castillo… y luego, informar a mi yo del pasado sobre la desaparición de “nuestro señor”, obligándole a seguir adelante y continuar alimentando al titán de poder. – Sabía que esos ojos que tenía yo me recordaban a alguien, pero no lo asocié hasta entonces. Esos ojos violeta en aquella figura que vi en aquel pueblo eran los mismos… me había encontrado con mi propio yo.

- ¡¿Y qué haremos entonces?! Si el “Titán Abisal” vive en un lugar donde el tiempo no le afecta, significa que ahora será mucho más fuerte que como debía de ser y más grande… quien sabe de qué tamaño era aquel ser antes de que el ciclo iniciase.

- Si, y no solo eso, pienso que Dubble-Darah y los otros personajes extraños que han aparecido, son seres que también ha manipulado… tengo que romper éste ciclo, acabar con todo de una vez, y salvarnos – Deshice el portal y observé entrecerrando los ojos al sol, mientras Geheimnis me preguntaba cómo lo haría… pensaba a profundidad sobre el asunto, pero no tenía alternativa – Tengo dos opciones, darle a Dubble-Darah a mi yo del pasado, o matarle…

- ¡Espera! – Geheimnis finalmente había comprendido a qué me refería – Si le matas… significa que morirá tu mente… ¿No? - Quedé en silencio, sin dejar de ver al sol - ¿Me-me dejarás sola?... – La presión en el pecho se hacía cada vez más insoportable por el puñado de sentimientos que teníamos reprimidos, por lo que pronto unas pocas lagrimas escaparon resbalándose por mis mejilla. Pero no eran solo mis lágrimas, Geheimnis también lloraba conmigo ¿Cuándo será el día en que realmente viva en paz? 

Las horas se hacían eternas durante la larga espera a que el día acabase, pero sinceramente así era mejor, no quería que todo terminase tan rápido aún. Hablé con Geheimnis durante todo el día, disfrutando de su presencia y de sus ideas; ella estaba triste al igual que yo, pero intentamos de no pensar en lo que ocurriría al día siguiente, como siempre lo hemos hecho; disfrutaremos finalmente de nuestro presente y que mañana pase lo que tenga que pasar. Le aconsejé ya al caer la tarde que se quedase con Dubble-Darah, si de por si era una entidad poderosa que anteriormente tenía control sobre mí, ahora nosotras podíamos aprovechar de su poder, pero que no abusase de su poder, Dubble-Darah puede absorber la vida de otros, es posible que también lo haga con éste cuerpo; también que evitase el uso de los portales, por ser una habilidad concedida por el “Titán Abisal” es posible que tenga control sobre ellos, más no el poder de usarlo en otros mundos, como nosotras. Si seguía mis consejos, todo saldría bien. 

Esa noche al dormir Geheimnis me visitó en mis sueños tomando de la mano y llevándome a lugar surrealista, donde las nubes eran pozas flotantes de agua, y el suelo era un vacío claro, como el cielo, con pedazos de piedras flotando en grandes cantidades. Bailamos tomadas de las manos sobre llamas multicolor, y corrimos sobre calaveras del tamaño de montañas sobre posas de acido; eran extractos de dimensiones fantásticas que visité durante toda mi vida. Le contaba todas las cosas que he vivido durante estos mil años y un poco más en otras dimensiones, en realidad ya había perdido la cuenta exacta. Las peleas que había tenido a lo largo de la vida contra seres sobrenaturales, como aquella mujer con el poder de controlar el fuego y la destrucción de todo lo que le toque. También le conté todas mis teorías sobre lo ocurrido en aquellos años en los que no tuve consciencia; al terminar de hablarnos y reinos le llevé a un lugar alejado en mi memoria, un lugar que se había vuelto mi favorito. Era una colina enorme ubicada en una dimensión lejana donde los días pasaban con mayor lentitud y las horas de sol eran escasas, por lo que la luna siempre se asomaba sobre la colina; alrededor florecían plantas nocturnas que se abrían para recibir la luz lunar que alimentaba su cilíndrico cuerpo. Finalmente tras muchas risas compartidas, el momento en que tenía que despertar había llegado. Le abracé fuertemente mientras todo se volvía borroso al igual que nosotras.

Abrí los ojos escondida entre los arbustos cercanos a la colina, ya era de día cerca de las diez de la mañana, faltaban pocas horas para ver a mi antiguo yo acostada en la colina viendo hacia el cielo, tenía que actuar de inmediato. Me levanté y me dirigí a la casa del señor Adelino y los demás esclavos que compartían la casa con él, repartiéndose las diversas labores cotidianas. – ¿Vas a matarlos? – Preguntó Geheimnis – Sí, antes habían muerto también… es parte del ciclo, pero seré más amable con ellos – Le respondí aproximándome a la pequeña granja. El señor Adelino, un señor de edad madura, se encontraba sentado sobre un montón de alfalfa, con aquella tranquila y resaltante personalidad que le caracterizaba. Él me vio aproximarme lentamente, viendo hacia mi rostro descubierto, por mi apariencia supo que no era normal, en aquella época los cuidados personales no eran tantos como en la que proveníamos Geheimnis y yo.  Antes que él pudiese reaccionar mi brazo se estiró hacia su rostro, convirtiéndose en líquido e introduciéndose en los orificios de su rostro, bloqueé sus pulmones hasta que la muerte tocó sus puertas. Hice lo mismo con cada integrante de la granja y al finalizar enterré los cuerpos en la parte trasera del terreno, para darles un descanso más digno que el que había visto hace muchos años. 

El atardecer hizo presencia de inmediato al terminar de enterrarles, decorando el cielo de un rojo vivo, era la imagen viva de aquel recuerdo de años, estaba segura que mi yo del pasado estaba al otro lado del trigal viendo al mismo tiempo el cielo; no iba a perseguirle por el trigal, tal como hizo aquella vez esa Arabelle conmigo; solo acabaré con nuestro sufrimiento, de una vez. Le esperé inmersa en la oscuridad de la casa, observando desde el rincón su llegada y como se introducía cada vez más al único pasillo cruzando la solitaria sala principal. 

Le seguí lentamente por el pasillo muy de cerca, mientras ella estaba concentrada intentando de observar lo que tenía al frente, solo estaba ganando tiempo para llenarme de valor y aprovechar de contemplarle por primera y última vez. Finalmente tras casi llegar a la habitación se dio cuenta de mi presencia justo a sus espaldas, quedó paralizada un momento apretando los puños, yo solo le observaba de forma inexpresiva, esperando alguna reacción, ya estaba lista; cuando se volteó de golpe reaccioné tomándole por el cuello, llevándole contra el suelo tras un corto forcejeo. 

Ella clavaba sus uñas en mi brazo e intentaba respirar y toser por aquella destrozada garganta que una vez tuve, me observaba con los ojos entreabiertos y llorosos, encontrándose con los míos con mirada inexpresiva, pero las lagrimas aventurándose por mis mejillas cayendo finalmente sobre su joven rostro.  Mis ojos se clavando en los suyos, usando aquella mirada asesina iluminando parte del suelo con un reflejo de luz violeta. Eliminé el dolor y la consciencia de su mente por unos segundos, los suficientes como para matarle, aun así ella mantenía sus manos aferradas a mis brazos. No quería introducir mi cuerpo en líquido en ella, luego el cuerpo que pronto le pertenecerá por completo a Geheimnis se contaminaría con su enfermedad, así que solo quedaba estrangularle con todas mis fuerzas. Había matado a muchas personas en mi vida, sin importarme sus sentimientos o sus vidas; pero esta situación era diferente para mi, comprendía y sentía lo mismo que mi victima, era aterrador ver su expresión de desesperación. Mi vista se nublaba, lo que indicaba que ella estaba muriendo, apreté con más y más fuerza hasta que sentí que sus brazos lentamente fueron soltando los míos, al mismo tiempo que mi mente ingresaba en una completa oscuridad. Caí sobre el cuerpo sin vida de Adalgisa, fue lo único que pude ver. Había perdido la consciencia fugazmente.

Geheimnis y yo, Adalgisa, aparecimos en la nada, tomándonos de las manos, ella siempre será parte de mí y yo de ella, juntas somos y seremos Arabelle. Aunque nunca más hable de nuevo en su mente, y no pueda saber lo que pase a su alrededor, Geheimnis tendrá mis recuerdos en su memoria y así nunca dejaré de existir para ella. Su rostro fue lo último que pude detallar con más tiempo, antes de que mi mente también se apagase para siempre.