domingo, 27 de marzo de 2016

Una verdadera historia de terror - Edición Kat



Es de madrugada ahora mismo mientras escribo esto; estoy tomando un descanso de tanto dibujar, y ahora mismo, mientras contemplo la nada y masajeo mi diestra (no, no de esa forma) me estoy dando cuenta que en el reproductor de música de Youtube está sonando una recopilación de canciones de Linkin Park. Busqué la pantalla para quedarme viendo ahora esa imagen estática y añeja en la pantalla mientras me quedaba pensando y repasando vivencias tan antiguas como el grupo en sí. La verdad, me parece increíble que se formaran en 1996, y aunque yo los escuché cerca del 2000 al 2002, (por ahí más o menos) igual para mí es como si hubiese sido ayer. Una de las tantas cosas que recordé fue que a mí no me gustaba casi ningún tipo de música en ese entonces, a Linkin Park lo toleraba porque lo pasaban mucho en la tv y le terminé agarrando el gusto. Actualmente me gusta Linkin Park, le tengo un extraño cariño, viví muchas cosas escuchando sus canciones (sin escucharlas en realidad, solo estaban de fondo. Como si fuesen parte de un videojuego. La ambientación de un escenario), y escucharlas me da esa nostalgia que nos pasa cuando ya estamos "viejos", jajajaja, esos recuerdos tanto buenos como malos que te hacen regresar a ese sentimiento, sin sentirlo en realidad, solo regresas al pasado para verlo como un espectador que estuvo muy cerca de ese "protagonista", o bueno, así lo siento, son pocos los recuerdos que me hacen sentir algo vívido otra vez. Aunque Linkin Park no son los únicos que son capaces de provocarme tales regresiones en el tiempo, también ese grupo antiguos, Nightwish (con Tarja, cuando eran buenos) y Within Temptations (qué goth soy, joder). Los demás grupos por muy buenos que sean no recordaré sus nombres, ni sus logos, y mucho menos a sus integrantes, al menos que me los restrieguen en el rostro todos los días, pero no los recordaré con cariño. Sí, aún no me llevo bien del todo con la música en general, muy pocas me llegan a agradar.

Y ¿qué tiene que ver Linkin Park? Nada en realidad, solo estoy pensando mientras escribo y porque ese grupo me hizo recordar de un tema que quería hablar desde hace tiempo, pero no tenía las palabras para ello, ya que siempre tiendo a lastimar a alguien sin querer cuando opino de cosas así, pero creo que sé cómo iniciarlo ahora: con anécdotas más que nada; pero ahora mismo sigo pensando y replanteándome si sería bueno esto; de ser así quizás nunca lean esto y lo dejaré para mí, y de publicarlo no borraré algunas cosas (sí, acostumbro a escribir así a veces, muchas entradas iniciaron así, conmigo "hablándole" a la pantalla, como si me escuchase, y al igual de las entradas que publiqué, muchas no llegaron ni siquiera a ser vistas por considerarlas indebidas). Una vez alguien me preguntó "¿qué ganas con esto?", refiriéndose a hablar de cosas así en internet, a ojos de todos. Mi respuesta fue que: las palabras puras transmiten más que un guión elaborado y que un discurso populista, pero no dije nada más.

Si son seguidores viejos de mi blog sabrán que yo no lleno esto de vivencias, me gusta sazonar con anécdotas y a veces doy comentarios sobre mí, pero son contadas y con el fin de alcanzar el entretenimiento o por el arte de crear, como cuando hacía las pequeñas tiras cómicas de los primeros años, (que por cierto extraño bastante de hacer, quizás las retome cuando esté libre), muy pocas veces me quejo y de hecho no tiendo a hacerlo. Me gusta reflexionar y sacar los trapos al sol, soy de esas personas que en vez de decir sus cosas buenas tiendo siempre a nombrar lo malo, ha de ser por eso que espanto a algunos de mi audiencia, jajajaja. Aun así, haré que lo que estoy a punto de contar sea una buena crítica social, de esas que me gustan mucho hacer y que tengo tiempo sin escribir.

Todo esto comenzó cuando ya llevaba largos días pensando en los años que han pasado, especialmente con la llegada de mi cumpleaños  hace ya unas semanas, un año más que alarga mis ya prolongadas dos décadas de vida, y de las situaciones que tuve que vivir para ser quien soy ahora mismo, las cosas que he escuchado y observado, y de la gente en la que creí, los que amé, los que pisoteé y los que me pisotearon; todo al mismo tiempo y a la vez tan pausado que puedo ver sus rostros de nuevo y con mucho detalle. No sé qué pensarán los que lean esto sobre sus propias vidas, pues sé que todos hemos conocido gente de gente para cada clasificación; pero para mí esos recuerdos son hermosos aunque realmente no lo sean, porque los recuerdos vívidos son fragmentos de vida de tu propia existencia y de los que la conformaron junto a ti. Ya eso se puede llamar vida, al igual que los escritos de una historia que nadie leyó.

Eso resume mi forma de ver la vida, y es lo que expreso tanto en escritos como en mis dibujos, lo que los trazos y las letras tratan de decir, y que las puedas entender sin siquiera decírtelo directamente. Todo proviene de mí, de gente que conocí, de pedacitos de mi vida, de mis deseos, de mis fracasos, de mis críticas, e incluso mis ganas de molestar a otros. Todo son fragmentos de vida, y por eso para mí es arte, y por eso lo expreso, ya que no tengo a nadie con el que pueda contarle tantas cosas. Tengo amigos, muy buenos amigos, mi novia, y personas a las que aprecio mucho, pero por consideración no me gusta ir a molestarles con mis pensamientos, y mucho menos con los fragmentos de mi vida.

Mientras suspiro ahora y leo lo que acabo de expresar, me acabo de dar cuenta que uno de los escritos más explícitos sobre mí es un poema muy corto que escribí de forma tan espontánea como estos párrafos. Después de este abreboca comenzaremos con el tema en cuestión, una verdadera historia de terror, el inicio de mi historia como artista. Como diría el creador de la Luna y de Plutón: "la realidad supera la ficción".

Poema: La Promesa del Ocaso.


Una verdadera historia de terror 

Capítulo I - La violencia y yo






          Como sabrán yo no soy una persona pacifista, y no lo digo por confirmar algo que dije, realmente nunca lo he dicho abiertamente, pero sí en fragmentos. No hace falta prestar atención para saberlo, se me nota muchísimo que soy así, tanto en mis anécdotas, críticas e historias, incluso en ese banner viejo que está ahí colgado, todo en mí posee algún tipo de violencia reflejada y disfrazada entre palabras y trazos de todos mis dibujos. Una sobredosis de violencia pasiva exquisita y pura. ¿Y saben qué? Eso está bien, quizás para alguno no lo sea o simplemente no le gusta lo que hago, como ha pasado ya en incontables grupos en los que he estado, sin embargo repito, está bien así. No me importa si a alguien de pronto le deja de agradar lo que lee o que consideren que este lugar es un poco "tóxico". Realmente no importa porque para mí eso es bueno, porque eso es lo que expreso. Así soy yo.

          Quizás no se entiende y no sé si lo he dicho antes, y como no tengo noción de ello asumiré que no. Yo inicié a escribir en este lugar por dos motivos, el principal ya lo conocen, trolear a la gente o causar desagrado, cosa que fui dejando de lado poco a poco, aunque no lo crean; y eso está genial. Y lo segundo, que es lo que ha prevalecido desde siempre y que creo que nunca he dicho y que lo he guardado para mí hasta ahora: esto era y sigue siendo una autoterapia para el control de la ira y superar ese obstáculo social principal, eso que por tantos años arruinó mis relaciones, es algo que siempre me ha sido muy complicado de superar y que hasta el día de hoy estoy luchando contra ese "monstruo" que vive en mí, por eso no me importa si a otros no les gusta lo que leen o no les agrade, porque sinceramente así soy yo, y agradezco que no conociesen a Kat del pasado.

          También mi blog y mi arte me ayuda a superar otros problemas bastante serios y que he solventado y por eso se me hace sencillo socializar. Desde temprana edad tuve que visitar a varios especialistas que me atendían, tanto en lenguaje (tartamudeaba, y actualmente solo en raras ocasiones) como de asumir una vida como otros niños y niñas que compartían mi entorno (tengo problemas de aprendizaje, de atención e hiperactividad y asperger). Eso me impedía escribir bien porque no entendía las explicaciones simples sobre cualquier cosa, hacía que lo más sencillo para cualquiera a mí se me hiciese muy complicado. Por ejemplo, de mátematicas solo sé lo básico (suma, resta, multiplicación y división) y aprendí a identificar los acentos y a identificar el orden de las palabras a los 20 años (no entendía y sigo sin entender la teoría básica del castellano, lo leo y no lo capto, y si lo capto lo olvido). ¿Pueden imaginarse cómo era vivir en el colegio así, con todas las materias? Era muy jodido, por lo que tenía que estudiar demasiado para siquiera pasar algo (y aun así, nunca reprobé un año, y ninguna materia me quedó). Incluso recuerdo que una profesora me hizo un examen en bachillerato, tenía que sacar 20 (máxima nota) para pasar su materia. Estudié todos los días tardes completas, y lo logré. En fin, está de más decir que nunca sobresalí en clases en nada, por eso estuve muchos años en terapias con diferentes profesionales y profesores particulares.

          Lo curioso de todo esto es que esos "profesionales" nunca le dieron importancia a los dibujos que hacía, o de lo que los maestros decían de mí. Nunca le dieron importancia a mi ira, ni se preocuparon en ayudarme a solucionarlo. Obviamente yo sabía que ese problema de ira era malo para la vida de los demás y la mía, hacía daño a ambos por igual y no sabía qué hacer y cómo controlarlo, y actualmente tampoco lo sé, al parecer es un problema muy complejo, demasiado.

          Ya no veo a ningún especialista desde los 19, los dejé por un arrebato de la misma ira y decidí resolver mis problemas por mi cuenta (y eso fue de hace un tiempo). Y lo curioso es que me ayudó mucho el hecho de aplicarme el triple al dibujo y a la escritura, que eran las cosas que más se me complicaban, y ahora estoy viendo los frutos de tanto esfuerzo; me han halagado por mi forma de expresarme y por cómo escribía (sabiendo que no sabía nada, y que todo lo aprendí por ensayo y error, tras estudios, consejos y críticas de personas  que me superaban y que amablemente se los pedía). Simplemente hice lo que no sabía hacer bien pero lo que más deseaba lograr, y eso me ayudaba a tolerar parte de mis problemas, expresaba todo eso y más en lo que hacía y me quitaba un peso enorme del pecho, ya que no tenía a nadie con quien contar, ni nadie que yo pudiese hablarle sobre eso y pedir ayuda; simplemente aprendí a expresar mis tormentos en párrafos y mis frustraciones en trazos. Y así surgió este lugar que cambió mi vida, y que el pendejo de Luffy me ayudó a tomar el impulso de crearlo. Lo odio y lo amo a la vez.

          Volviendo a mi caso de ira, los que aún me están leyendo quizás se pregunten ¿por qué es tan difícil controlar la ira? ¿No puedes contar hasta 10 y ya? Pues no, contar no me sirve, y encerrarme tampoco, mi ira (no enojo,  ni frustración, ni indignación. Es "ira", literal) se aleja por completo de las discusiones, más allá de romper las cosas y de tirar todo al suelo, o de gritar, o de herir los sentimientos de alguien, e incluso más allá de las venganzas pasiva; de hecho, yo no hago nada de lo anterior, soy una persona demasiado tranquila, de esas que las ves sentadas leyendo o dibujando cosas en su cuaderno, sé tolerar mis fallos y los de otros, puedo perdonar cuando alguien se equivoca o si me tratan mal sin querer hacerme daño, todo eso lo paso sin problemas. Sin embargo, mi caso se complica porque cuando llego a mi límite mi agresión pasa de verbal a violencia física, directamente y en un abrir y cerrar de ojos, y es tan fuerte que los golpes son insuficientes, y donde las venganzas eran con toda la intensión de causar daño tanto físico como emocional a los demás. Y no es algo de ahora, repito, así fue mi vida desde la primaria hasta la mitad del bachillerato. Solo imagínense las amistades que arruiné. Es muy obvio que quisiera cambiar el rumbo de todo por mis propios medios.

          Pero hagamos una pausa aquí ¿sí? Y preguntémonos, ¿de dónde viene la violencia?

          Es cierto que la sociedad hace ver a la gente violenta como "primitivas", gente que tiene que evolucionar o que no son capaces de solucionar los problemas de buena forma, porque somos sociables, y después de todo podemos hablar. Pues, a esa gente quisiera decirles algo, que me han molestado con sus comentarios desde siempre. Yo seré una persona con incapacidades para hacer cosas simples, pero soy tan inteligente como cualquiera y sé lo que traman muchos con esos comentarios vacíos. La violencia ya está implantada en el cerebro de todos, es una acción que se genera por sentimientos y por instinto, así está diseñado nuestro cerebro: huir o atacar; que tu nunca golpeases a alguien no significa que seas pacifista, ¿sabes lo que es el pacifismo? Que de hecho, es algo que considero inexistente, nadie es pacifista del todo. En algún momento te tienes que defender, y si es de humillar a otros para salvar tu pellejo lo harías sin pensarlo y quizás de la forma más sucia y sutil posible, algo que nadie más se daría cuenta. O quizás le pidas a otros que se encarguen de minimizar la amenaza por ti, así, bien pinche estratega y manipulador. Y dime tú, pacifista ¿qué es eso? Es estrategia, lo sé, no eres capaz de caer en los mismos juegos que esos "sucios" ¿cierto? No son dignos de ti, dirás, pero lo que no dices es que eres demasiado cobarde para enfrentarlos, pero en fin, eso sigue siendo violencia, pero pasiva, ¿sabías? Eso es lo mismo que la violencia física, ambas vienen de un mismo estímulo, pero los individuos las canalizan de diferentes formas, la diferencia a ti es que esa persona se limitará a enfrentarte y humillarte con palabras destructivas, o simplemente te golpeará hasta el cansancio sin siquiera preocuparse por lo que dirán otros. Y no me mal interpretes, eso no los libra tampoco de ser violentos, solo meto a ambos en el mismo saco, solo que tu huyes y ellos atacan. Es básico y simple de entender, ¿no?.

         Así que no te creas más evolucionado que alguien más solo porque tú dañas a otros tras bambalinas e intentas cercenar sus sentimientos, orgullo o su dignidad para ganar. Dime tú ¿eso es más digno? O es que acaso tú le hieres para que "aprenda", para que te "respete" y puedan ser "amigos" después, como si nada pasara y para darte la razón, por supuesto, porque claro, tú eres pacifista. Tú "amas" la vida, y a todos los seres vivientes del cosmos. De ser así, por favor, ve y abrázate con un vegano radical y juntos vayan de la mano a hacer trío con un animalista. Venga, sin vergüenza, que de seguro serán felices los tres.

          En la vida, todo lo que hagas tiene un por qué y un fin. Nada de ti está ahí porque "así soy yo y punto", y si eso es lo que te dijeron desde siempre entonces te resumo algo: has vivido en un engaño. Todos somos seres violentos por naturaleza, solo que lo expresamos por palabras o acciones, y en su defecto nos expresamos así por medio de nuestros sentimientos, o en las actividades que hacemos, como el sexo, el dibujo o el escrito, o irte a martillar con todas tus fuerzas algo que estás construyendo mientras imaginas que es la cabeza tu vecino, solo por citar un ejemplo.

          Ahora que ya tenemos todo esto claro, y que me conocen un poco mejor, por favor, pasemos a lo siguiente.



Capítulo II - El Bullying y la venganza




         Jajajaja, no, esta entrada no está destinada a "stop bullying plsss". Simplemente eso ha existido desde siempre y hagan lo que hagan él seguirá existiendo y la gente de todas las edades lo continuarán cometiendo. No se puede contra el Bullying, así de sencillo. No hace falta explicación ni presentación, él mismo tiene su propia tarjeta repartida por todos lados e incluso banners en edificios con su nombre. Es el "tío" popular de la fiesta.

          Si ustedes tienen la mente tan contaminada como yo de esa palabra sabrán del desagrado que da con solo leerla, de ver cómo prostituyen esa palabra en todos lados por cualquier cosa por cada artista sumado a la campaña y por todos los entrevistados que han dicho sin preguntarles "yo sufrí bullying porque me lanzaban bolitas de papel en el colegio, y me blablablibleaban" como si por eso lloviesen cartas para lamentar su caso. Es incluso hasta estúpido y abusivo, tanto que quizás yo también esté pecando con nombrarle aquí, solo que antes de iniciar haré una aclaratoria: sé que el Bullying es malo y hace mucho daño a todo aquel que lo padece. Pero siento que el bullying te ayuda a afrontar la vida de una forma bastante cruda y prematura, pues así es el mundo.

          La gente a veces es tan repugnante que le encanta burlarse de lo diferente, viendo como débiles a los que son tranquilos, tímidos o de raza distinta, y a los están enfermos los tratan como si fuesen basura tras máscaras de lástima, pues claro, "ellos son débiles, no como nosotros". Así de simple, si tú logras sobrevivir al bullying tu inocencia estará fragmentada al igual que tus recuerdos y tendrás problemas con tu comportamiento, pero pocas cosas en la vida podrán contigo de ahora en adelante y comprenderás mejor cosas que otros ignoran. Vale la pena para sobrevivir.

          Y sí, yo igual sufrí de bullying, al igual que muchos, y quizás al igual que tú, querido lector, y sé lo que es eso. Aunque mi caso en particular no fueron 1,2 o 3 años, fueron muchos más de la mitad de mis años de estudio, desde primaria hasta bachillerato ( no los contaré porque sonaría demasiado dramático o como si me estuviese quejando, y no es la idea, esta entrada no tiene nada que ver con quejas del pasado). Y como fueron tantos años y los que principalmente formaron mi agresividad y comportamiento, dejé de considerarme víctima. Al principio si lo fui, tal como todos, pero luego ya no más.

          Esos primeros años fueron difíciles para mí, pero luego tomé cartas en el asunto. Yo también le hice bullying a mis agresores, a sus amigos y a otros, me vengué por años hasta saciar esa sed de justicia. Pero lamentablemente cuando logré vengarme y ganar, me di cuenta que cada vez que me provocaban quería más y por más que me reprendieran en el colegio por alguien yo volvía a enfrentarme con el culpable, como si la represalia no me hubiese hecho efecto. Simplemente yo iba y pasaba factura. Fue un circulo vicioso que duró muchos años y que destruyó mis oportunidades para socializar con la mayoría  y que creó una reputación muy negra: "no hables con Kat que pierde la cabeza". Y ¿saben? Quizás algunas cosas sí me las tenía bien merecidas ya que después de perder esa inocencia me volví una cabrita con cuernos.

          Está de más decir que no tuve muchos amigos y que la pasé mal en algunos momentos, y que no pude confiar en nadie en realidad, pues la desconfianza y las traiciones siempre iban hacia mí. Eso para un infante es bastante duro y fue lo que creó lo peor de mí. Después de varias desilusiones e indignaciones comencé a vengarme de ellos también. A muchos les lastimé físicamente y lo disfrutaba cuando sabía que ellos también me hicieron daño. Probar por primera vez de esa sensación de venganza es embriagante y quieres más, quieres el miedo de la gente, quieres respeto y tener el poder en tus manos para que tus enemigos se inclinen y pidan perdón llorando mientras les golpeas una y otra vez, realmente llegas a disfrutar el sufrimiento ajeno y a emocionarte con el simple hecho de herirles.

           Sé que los que aún me están leyendo estarán alzando las cejas ahora mismo, pero sé que muchos que ya probaron el embriagante sabor de la vendetta, y los que han experimentado el ojo por ojo y el diente por diente, comprenderán a lo que me refiero. Así que por eso y más, no, yo no soy una víctima. Yo era quien doblegaba a los que me vieron débil, a los que me humillaron, los que abusaron de mi persona y los que me golpearon. Yo les enseñé que pueden ser más frágiles de lo que puedo ser yo, mientras contemplaba su miedo.

          Todo eso y más, al igual que esta canción.




          Sé qué pensarán que exagero, y que en las peleas de niños y niñas nada puede salir mal; pero en mi largo historial las cosas no salen como la mayoría se lo espera. Yo de verdad me las arreglaba para que ocurriese lo peor, en ingeniar lo que tuviese a mano para que recordasen mi nombre. Como una vez que le reventé una pecera en la cabeza a un niño que me buscaba pleitos a cada tanto, o cuando amenacé en sacarle un ojo a otro con un fierro oxidado de pupitre en la mano mientras que este estaba entre este y la pared. Y eso fue solo en la infancia defendiéndome de niños que se burlaban de cosas tontas, o para defender al único amigo que tuve en esos años. ¿Pueden imaginarse de cómo fue la adolescencia? Peor, por supuesto, jajajaja. Fue tan hardcore que mi vida corrió peligro en más de una ocasión y las de esas personas también. Los acosos hacia mí eran peores y con otras intensiones; eran menos numerosos pero más ingeniosos, y eso solo ocasionaba una explosión de ira. Si tuviese que contar una de ellas solo para adornar un poco el momento sería cuando envié a alguien al hospital por clavar mis uñas en su cuello tan profundo que la carne se quedó entre las uñas, o cuando le fracturé los dedos a alguien por burlarse de mis nulas habilidades para el deporte.

          "Pero Kat, no eres invensible, debió pasarte algo", ¡pero claro que me pasaron muchas cosas, cariño! ¡Muchísimas! Solo que no las he contado porque esto pasaría de ser un relato a ser una vil queja, pero me hicieron muchas cosas también a lo largo de tantos años, tanto de acorralarme entre varias personas, como burlarse de mí, humillarme o golpearme. Pero si quieres más detalles solo contaré que una vez me hicieron perder el conocimiento por asfixia, estrangulándome obviamente, y que no sé qué pasó después de aquello, solo sé que desperté bajo una mesa de laboratorio donde no había nadie. O cuando en una de esas un chico con cuchillo en mano y ligeramente oculto entre su suéter, me acorraló tras un árbol en el patio cuando no había nadie y me dijo "haz lo que te pida o te mato en la salida, cuando vayas de regreso a tu casa".  En muchas de esas ocasiones tuve mucho miedo por lo que pudo pasarme, pero tenía el coraje de enfrentarlos y de ser el caso, darles su merecido o peor, como en el caso del chico del cuchillo. Hay más situaciones similares, pero no las diré, eso sería entrar en detalles sobre mi vida (más detalles de los que me gustan dar) y no es lo que quiero.

          Yo no soy una persona muy dotada físicamente hablando, ni nunca tuve una fuerza espectacular, ni un tamaño increíble. De hecho soy una persona bastante escuálida y de peso súper "pluma", por lo que es muy fácil superarme en fuerza, y de ganarme, de hecho, cualquiera puede hacerlo. Pero como no disponía de la fuerza en los enfrentamientos, entonces yo me dedicaba jugar sucio, tan sucio que si veía la oportunidad de torcer una extremidad o de pincharle el ojo a alguien con mis uñas (las cuales sacaba filo regularmente) lo hacía y punto. En fin, al final se dieron cuenta que ellos aunque me jodieran salían perjudicados, así que pasaron al Bullying pasivo (romper mis pertenencias, como mi suéter, mi bolso, mis cuadernos, mis tareas y trabajos. Incluso una vez quemaron mis láminas de exposición). Eran tan cobardes que ni los chicos más "hombres" intentaban de joderme frente a frente, y las chicas dejaron eso también para dedicarse a crear rumores crueles sobre mí, no eran tontos, pero yo tampoco. Varias maldades se me ocurrieron, tantas que me rio ahora mismo mientras escribo esto. Por ejemplo, llenar sus cosas de carne podrida y gusanos cuando no estaban presentes, o bajarle los pantalones a un chico el día en que se declaraba a la chica que tanto le gustaba (ropa interior incluida); eso fue de-li-cious. Realmente fue divertido en ese aspecto, en ver sus reacciones, y rabietas, aunque he de admitir que mi mayor felicidad fue al terminar el bachillerato y no ver a la mayoría nunca más.

          La universidad fue diferente para mí, fue agradable y nadie se metió conmigo. Solo al principio, pero al ver cómo reaccioné tanto esa persona como todos los demás me dejaron en paz para siempre. Fue tranquilidad pura desde entonces, y fue donde aprendí a convivir mejor con la gente, no solo con mis amigos que aún conservo de esos años de escuela.

          Realmente he disfrutado muchísimo escribiendo esto y recordar todo, me hace sentir satisfacción aunque existan momentos no muy lindos, y otros que fueron hermosos con gente que de verdad me apresió por como era y que juntos viviésemos muchas aventuras, y aunque muchas de esas personas han desaparecido de mi actualidad, aún les recuerdo con cariño. No me arrepiento de nada, ni siquiera de lo malo, y aunque no conté muchas cosas (borré muchas en la edición de este artículo) realmente siento que mi vida ha sido interesante, y aunque al final todo lo que hice a otros me pasó factura, mi vida actual es muy normal, algo aislada ya que quiero vivir en paz hasta superar este problema por completo; pero aun así, no necesito de fiestas, ni de tener un grupo grande de personas a mi lado para ser feliz.

          Veo esta experiencia como algo positivo ya que gracias a ello tuve a los amigos más puros que hasta el día de hoy se mantienen, y me alejó de los grupos de imbéciles superficiales que, ahora mismo de hecho, están tratando de destruirse mutuamente por los cambios y choques tan bruscos que tuvieron al llegar a su adultéz, me rio de ellos en ver sus quejas y rabietas en sus redes sociales, como en los viejos tiempos, mientras que ellos desconocen por completo de mi paradero. A veces se preguntan qué será de mí, pero esa respuesta no les llegará jamás.

          Y bueno, supongo que este es el fin del viaje, el final del flujo. Supongo que después de todo en el mundo real los corderos pueden ser los lobos y viceversa; tus pintas no valdrán ni un peso cuando alguien ponga a prueba tu valor contra la espada y la pared, la vida o la muerte. Y de ser así, ¿violento es el que lastima o el que provoca?, ¿Culpable es el que se llena las manos de la sangre del que está sufriendo en el suelo? O ¿es que acaso todos somos culpables de lo que vivimos? Quizás son preguntas sin importancia, después de todo, no importa quien tenga la culpa, todo está bien en el presente y el pasado allí se quedará para siempre, aunque sus marcas aún puedan verse en el cuerpo.

          En lo muy personal, casi tanto como han sido estos pensamientos, opino que las cosas pasan por algo, no puedes estar todo el tiempo escapando de la vida y de tus perseguidores, algún día estarás contra la pared y tendrás que voltear para verles frente a frente. Matándote no ganarás nada, solo harás que ellos se rían cuando tus oídos no puedan escucharles, mientras escriben en tu lápida "lamento que nos dejaras, siempre te quise". Aquellos que destruyen tu nombre y el de tus padres en silencio, y delante de las cámaras y de la gente ellos se vistan de blanco, de pacifistas y digan que nunca quisieron nada malo para ti, que todo era un mal entendido que llevaste al extremo. Ten coraje y lucha o aprenderás por las malas que la vida es así y que al final pocos serán los que realmente lloren por ti, cuando los que creías que eran tus amigos se revelen ante ti y te hagan sentir miserable cuando más los necesitabas, y cuando tu familia juzgue tus acciones con cosas sin importancia; oye, después de todo solo tú puedes aprender de tu entorno y de tus errores porque lo que no te mató te hará más fuerte, claro, si así lo quieres asumir y si luchas por ello. Pero si quieres ser el hazme reír de todos por siempre, pues adelante, ve y vístete de bufón para tus superiores, y procura que se rían muy fuerte con tu muerte. Y si vas a tomar tu propia justicia solo te aconsejo que no tomes mi camino, nada te asegura que puedas encontrar la salida de ese sendero laberíntico después de probar el sabor empalagoso de la venganza y cuando descubras por tu cuenta quién podrías ser con la maldición del ojo por ojo; pues ni yo, que tengo años siguiendo mi terapia sin lastimar a nadie y viviendo en paz después de tantos años retorcidos, no he encontrado la salida aún de este laberinto. Pues aunque viva ahora entre la calma y la risa, si alguien se encargase de arrebatarme lo que con tanto esfuerzo he intentado de construir y a las personas que más amo, no solo se encontraría cara a cara conmigo, sino que también con el monstruo que se ha alimentado de la ira desde mi niñez, ese que no siente remordimiento ni lástima y que realmente desea hacer daño a cualquier precio. Si ese día llegase, algún día, se podría decir que quizás ese sería el episodio final de mi historia, junto con un largo y tortuoso epilogo. Después de todo, despertar de nuevo sería lo que menos me preocupa.

          Es todo lo que tengo que decir para aquellos que siempre me preguntaron cómo le hice para escribir y dibujar así, el porqué avanzo tan rápido y el porqué soy como soy. Espero que en vez de ver mis obras espero que empieces a contemplar su mensaje con cuidado. Quizás dicen cosas que en esta entrada omití, y palabras que nunca saldrán de mí, y recuerdes, que tu también puedes salir de tus dificultades.

     A veces pienso que la gente como yo tiene una doble vida, una que quedó atrás pero sigue presente y la que vives con quienes te rodean (los cuales no saben quién eres ni de dónde vienes, donde creen que tu nombre es suficiente), y en mi caso ustedes, que sin querer saben más de mí que mis propios padres, y que mis más actuales amigos; y lo curioso de todo es que de seguro que tú y yo, querido lector, no nos podremos conocer jamás y de hacerlo te aseguro no será un "quiéreme o te lastimo", sería realmente ridículo jajajaja. Humm... si esto es así entonces sería una triple vida, ¿no? Aún así, la vida es realmente hermosa cuando la contemplas al otro lado del cristal, esperando escuchar el próximo latido que está por venir. ¿No creen?




          Y así reposará el libro de título borroso. Aquel que dicen todos, se encuentra tirado entre las estanterías polvorientas. Aquel que nadie visitó nunca más desde que se olvidaron de su nombre.