Entre mis pensamientos y mi blog

Espero que estén bien, yo estoy de lujo, feliz porque las cosas finalmente me están saliendo como esperaba. Esta pequeña entrada es para expresarle muchas cosas, pero de una forma breve también (bueno quizás no tan breve). No quiero perder mucho tiempo, solo vamos:

Les cuento un poco lo que ha acontecido desde el año pasado y el porqué de mi durable ausencia, no lo quería comentar hasta que las cosas no estuviesen aseguradas. A finales del 2013, en un solitario diciembre me propuse una meta, emigrar, conseguir trabajo, luchar por un futuro lejano a muchos kilómetros de mi casa, lejos de todo lo que conozco, comenzar de cero. Una meta muy ambiciosa, lo sé, muy muy pero muy ambiciosa, y complicada, especialmente para cualquier venezolano, cuyos recursos apenas alcanzan para comer las 3 comidas y pagar las cuentas. Un venezolano desempleado que solo es un consumista, donde estás en la etapa de tener un título en la mano y que nadie te dé la oportunidad de trabajar. Un venezolano que trabaja por su cuenta tratando con clientes, hablando en la calle (cuando no te gusta hablar) ganándote la atención de la gente y negocios que necesiten tus servicios. Ese venezolano, al igual que muchos venezolanos desempleados en todos los rincones del país, era yo… y con el sueño de volar alto y que nadie me diese la oportunidad de hacerlo.

 Mi labor nunca fue alabada por alguien cercano a mí, personalmente (en el pasado, actualmente se están dando cuenta). Mis padres saben que dibujo y que no sigo la estructura del pensamiento que me intentaron inculcar en mi más tierna infancia, pero no les interesa. Lo que no puedo negar es que sí apoyan que haga lo que me gusta, aunque quizás no me digan que lo que hago no es un trabajo “de prestigio”, según la mentalidad que pueden llegar a poseer a veces. Mientras que el resto de la familia, aquella a la que nunca he tenido contacto (crecí con mis padres y alguno que otro familiar infiltrado por ahí, pero no conozco ni a mis tíos, ni primos ni nadie que no sea mis padres y abuelos), esa familia que no conocía y que a su vez sabían de mi existencia siempre se burlaron de mí. Susurraban por lo bajo entre ellos, diciendo “¿Qué dices? ¿Katsu quiere ilustrar? ¿Ser artista gráfico? Ya le veré en las plazas pintando cuadros. No es como fulanita, médico cirujano, y fulano, el orgullo de la familia, un gran abogado.”  Y a veces no se lo guardaban, se lo decían a mis padres también para que me lo hicieran llegar a mí y a saber todas las cosas que han dicho de mí a mis espaldas desde que nací. Si fueran personas que amara quizás se los soportaría, pero nunca fueron nada para mí, casi no les conozco, les he visto con menos dedos de los que tengo en una mano, en toda mi vida, así que escuchar sus palabras solo me enojaron. Nunca conté con ellos, y cuando paso necesidad solo a mis padres les importa, a nadie más. Puedo decir que esa familia de anónimos han afectado en parte del que creciera con tanta amargura y desprecio, con lengua venenosa y mirada maliciosa, ya que, aunque pocas veces les vi, siempre me hablaban mal, y cuando les veía todo era peor.

Siempre me decían “eso es imposible, nunca va a pasar, estás perdiendo el tiempo, irse de aquí es imposible, eso solo le pasa a cierta gente, no a ti, etc” cada vez que les pedía algún consejo, y terminaba ignorándoles al fin y al cabo; hasta que seguí mi camino a ciegas sin escuchar ni pedir consejos de nadie, guiándome por mi jodida terquedad, perseverancia y dignidad, esa que no me hace doblegarme, ni ser una oveja más del rebaño. Esas ovejas que se van para ser libres o morir en el intento.

Y ¿saben? A veces puedo ser una persona poco constante, o excesivamente polifacética, que hace más de una cosa a la vez. Pero aunque tarde mucho, siempre intento de cumplir todo lo que digo, y me esfuerzo en que mis palabras se cumplan, al pie de la letra. Algunas veces no se logra, pero lo intento. Estuve todo el 2014 trabajando en ello por mi cuenta, de aquí para allá, enviando currículum, trabajando para mis clientes o personas que solicitaran mis servicios, haciendo trámites, etc. Hasta que finalmente lo logré, logré las metas que me propuse en el 2013 casi a finales del 2014. Emigraré en unos meses, finalmente saldré de esta cárcel sin rejas, seré “libre”.

Cuando veo hacia atrás, esas raras veces cuando volteo y me contemplo en el pasado, me parece increíble las cosas que me han pasado desde que inicié mis proyectos, algunos planeados, otros no. Y uno de esos proyectos no planeados es éste, mi blog, lugar que solo creé para expresar mi mala leche al mundo, mis críticas que pensé que nunca llegarían a ser escuchadas, lugar donde pudiese clavar mi veneno a diestra y siniestra. Ser un imbécil más del montón y joder a un grupo, solo por gusto. Y lo logré… pero curiosamente no salió como pensé. Me enamoré de mi monstruo, de mi autoterapia para la ira. Me enamoré del lugar donde me hacía ver tan imbécil y del monstruo encerrado que soy, tal como en verdad soy, pero en palabras, me enamoré de trolear a mi peor enemigo, yo. Y eso estimuló el cambio de mi blog a lo que es hoy.

Hoy en día, este lugar es un punto de debate. Donde expreso lo que pienso sin miedo, mientras a la vez pienso si lo que digo es correcto o no. Es el portal de la ironía, de aquellas cosas que pocos se atreven a decir, pero que prevalece en muchos de nosotros. Expreso lo que siempre me he dedicado a analizar, lo que sé y lo que intento descifrar.  Abriendo un punto de debate intrapersonal. Sí, me gusta que pienses… y si me das la razón o no, ya es problema tuyo. No busco alabanzas de nadie, solo busco que crees tus propios argumentos. Nada me complace más que eso. Por eso odiaría que mi blog fuese taaaaaaan popular. Llegarían muchos idiotas, muchos que se tomarían a pecho todo lo que digo, que creerían que soy la fuente de la razón, o que solo soy una persona que le gusta llamar la atención, o que soy una persona enferma con una pc al frente (esta última ha pasado más de 3 veces).

Si vas a juzgarme por algún artículo, pues bien, yo ya te he prejuzgado antes que vengas a leer esto, sorpréndeme. De eso se trata la libertad de expresión ¿no?; pero al menos intenta de entender la finalidad de éste lugar, amo las críticas, tus opiniones, tus pensamientos y odio a los imbéciles como yo o peores; si intentas pasarte de listo es muy obvio que me daré cuenta. Y tal como te doy la oportunidad de expresarte (mi blog no tiene filtros) también tengo la oportunidad de responderte de vuelta. Y créeme cuando te digo que en esos casos no es muy positivo.

A pesar de todo, este lugar es hermoso para mí. Cada vez que entro suspiro y lo contemplo. Debato conmigo cada vez que releo mi artículos y busco nuevos conocimientos, mientras sigo contemplando con orgullo y satisfacción lo que he construido y que con ayuda de mi público logré entender que esto es algo más que un blog; e incluso él mismo me lo ha hecho a entender. Ha sido el responsable de que perdiera muchos empleos de forma personal (sí, a veces tengo las bolas/ovarios de acero y decido pasarlo a mis posibles jefes, otras veces no), pero también ha sido la clave de mi éxito. Perdí muchos trabajos… pero obtuve uno mejor. Alguien me contactó el año pasado, tras fracasos e intentos fallidos para encontrar trabajo, en medio de la desesperación, y me ofreció trabajo, guiado por lo que él consideró un talento. Actualmente, trabajo para una empresa de marketing y diseño gráfico desde mi casa, y gracias a ello cumplí mi sueño.

Mi carrera (marketing y diseño gráfico editorial) no requiere revalida en ningún país ajeno a Venezuela, como pasa en el campo de la medicina, no necesito estudiarla de nuevo como en el caso de los abogados. No necesito nada más, solo irme… y fin. Cuando supe eso, no sé, no puedo explicar la felicidad que recorrió hasta lo más interno de mí y destrozó los mantos de frialdad que normalmente tengo sobre mi cuerpo y alma. Cuando supe eso, volteé y vi a los familiares que muchas veces limpiaron sus baldosas con mi orgullo y mi dignidad, ahora yo me iré, mientras ellos siguen viviendo en la completa miseria. No les debo nada a ninguno de ellos que desconocieron mi nombre, solo a mis padres les extenderé mi mano para sacarles de aquí cuando pueda. A pesar de todos sus defectos y su falta de interés por mí en muchos aspectos, les amo.

¿El por qué cuento esto? Porque puedes estar pasando por lo mismo. Si yo fuese la única persona en el mundo que sufriera de esto me lo callaría, quizás; pero sé que a ti te pasa lo mismo, de alguna u otra forma, porque dos historias nunca serán iguales, y aunque lo sean los protagonistas nunca pensarán igual. Sí, es solo problema mío, ya lo sé y no pido tu compasión ni tu consejo, ya es algo que ya he superado hace mucho tiempo y solo lo cuento como una anécdota. No estoy contando esto para buscar la aprobación de la gente ni mi audiencia, es porque sé que todos tenemos problemas de alguna u otra forma, no es nada del otro mundo, no es un misterio, y eso no me hace ser una persona más reservada o menos reservada, después de todo, aún así, no sabes nada de mí. 

Pero si este tipo de problemas es algo tan común, algo por lo que todos (o su mayoría o algunas personas) pasan… entonces ¿por qué guardarlo? ¿Acaso es algo demasiado especial como para no ser contado? Si puede servirle a alguien para superar sus problemas familiares a su forma, pues, qué mejor ¿no?

Nadie es autosuficiente en todas las cosas, y todos, sin excepción, tarde o temprano necesitaremos un consejo. Quizás hoy coinciden tus necesidades con mis palabras, y solo estés contando con un desconocido tras una pantalla porque no tienes a nadie que pueda darte un consejo sano. Alguien que no sabe tus debilidades y por ende puede darte alguna observación sin malicia. Pues aquí está y úsalo bien: Haz lo que te gusta, solo ve y hazlo con estilo propio, ten paciencia, mucha perseverancia y no esperes el apoyo de nadie. No descuides la planta que en un futuro convidará de sus frutos.